Rehabilitación El FARO, ubicada en el barrio el Cabrero, nace para satisfacer la demanda de la comunidad que requiere de un centro serio manejado por médicos especialistas en psiquiatría y psicólogos clínicos con experiencia documentada en el tratamiento de las personas con adicción a las drogas. La capacidad técnico científica es necesaria para adelantar con seguridad y eficacia los procesos de Desintoxicación, Rehabilitación, Reeducación y Formación hasta llevarlos a la Recuperación y a la Inserción Social.
Nuestra misión surge de la responsabilidad social y de la experiencia acumulada del equipo terapéutico que ha cultivado sus competencias y su vocación en diferentes escenarios científicos, con resultados registrados en la clínica CEMIC durante los últimos 12 años. La participación de re-educadores miembros de AA y NA en los procesos, contribuye ampliando desde la práctica empírica el abanico de abordajes y estrategias.
El ambiente y los procesos terapéuticos se han diseñado siguiendo las guías, modelos y orientaciones del Ministerio de la Protección Social de Colombia, de la Organización Mundial de la Salud, del Instituto Nacional para Drogas de Abuso N.I.D.A. USA., de la Sociedad Española de Toxicomanías SL I y de la Sociedad Española de Patología Dual SEPD.
Garantizar los mayores resultados a través de la vocación al servicio, dedicación exclusiva, el compromiso y la experiencia de nuestro equipo terapéutico especializado.
Contribuir a su capacitación o formación en oficios que les permitan re-insertarse laboralmente una vez terminado el proceso de rehabilitación.
Mejorar continuamente la calidad de nuestros tratamientos a través de la investigación, la innovación tecnología y a constante capacitación de nuestros profesionales cumpliendo los requisitos de sanidad exigido por la normatividad vidente.
Prevenir la incidencia de las adicciones mediante la promoción y prevención a la comunidad.
Entender que nuestro objetivo es re-instaurar en los pacientes los derechos vulnerados los derechos vulnerados siendo los mismos inalienables : el Derecho a la Vida y el Derecho a la Salud.
Considerar a cada paciente como único teniendo en cuenta sus propias necesidades.
Reeducar no solo al paciente si no también a la familia.
Confidencialidad – ética.